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Las adolescentes que comen mucha fruta podrían reducir su riesgo de cáncer de mama, según un estudio

19 May 2016
Las adolescentes que comen mucha fruta podrían reducir su riesgo de cáncer de mama, según un estudio

Las chicas adolescentes que consumen grandes cantidades de fruta podrían reducir su riesgo futuro de cáncer de mama, sugiere un estudio reciente.

Al contrario, las mujeres que beben más alcohol con el tiempo podrían aumentar su riesgo de cáncer de mama, aunque también podrían reducir las probabilidades de enfermedad cardiaca, encontró un segundo informe.

En el estudio sobre la fruta, el consumo de manzanas, plátanos y uvas durante la adolescencia se asoció firmemente con una reducción en el riesgo de cáncer de mama. Aproximadamente tres porciones diarias de esas frutas se vincularon con una reducción del 25 por ciento del riesgo en la mediana edad, en comparación con consumir solo media porción al día.

Las mujeres que comían naranjas y/o col rizada cuando eran adultas jóvenes también parecieron beneficiarse de cierta protección contra el cáncer de mama, anotaron los investigadores. Pero beber jugo de fruta no pareció conferir ningún beneficio.

"Este es el primer estudio que muestra de forma específica que un consumo abundante de fruta durante la adolescencia podría vincularse con una reducción en el riesgo de cáncer de mama", apuntó la autora del estudio, Maryam Farvid, asociada de investigación del departamento de nutrición de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston.

Pero Farvid advirtió que "debido a la naturaleza observacional del estudio, no pudimos proveer evidencia de causalidad", solo una asociación entre el consumo de fruta y una reducción en el riesgo de cáncer de mama.

En el estudio, los investigadores analizaron cuestionarios sobre los alimentos que completaron en 1991 poco más de 90,000 mujeres de 27 a 44 años de edad, inscritas en el Estudio de la salud de las enfermeras II dos años antes. La encuesta se enfocó en las dietas durante la adultez temprana.

En 1998, más de 44,000 de las mujeres completaron una segunda encuesta sobre los alimentos. También se pidió a las participantes que recordaran qué alimentos habían consumido en la adolescencia.

El consumo de alimentos y bebidas también se midió una vez cada cuatro años entre 1991 y 2013, momento en el cual se pidió a las mujeres que recordaran sus dietas del año anterior. El estatus de cáncer de mama se revisó cada dos años.

Durante las dos décadas del estudio, más de 3,200 mujeres desarrollaron cáncer de mama invasivo. Había información sobre la dieta en la adolescencia de unas 1,350 de esas mujeres.

Al final, el equipo de investigación concluyó que una ingesta más alta de fruta en la adolescencia se asociaba con un riesgo más bajo de cáncer de mama.

El informe aparece en la edición del 11 de mayo de la revista BMJ.

En un editorial que acompañó al estudio, un equipo de la Universidad de Boston advirtió que "se necesitan muchas más evidencias" antes de que se pueda declarar que el consumo de fruta en la adolescencia es protector. Al mismo tiempo, los investigadores de la Oxford sugirieron que las personas de todas las edades harían bien en aumentar su ingesta de fruta y verdura.

Farvid se mostró de acuerdo. "Sería magnífico que los padres proveyeran bastantes frutas y verduras en casa, y que animen a los adolescentes a adoptar unos hábitos saludables de alimentación", planteó.

Lona Sandon, directora de programa y profesora del departamento de nutrición clínica del Centro Médico Southwestern de la Universidad de Texas, en Dallas, se hizo eco de ese consejo.

"Es probable que nunca se pueda probar causalidad, pero todas las veces los datos muestran que comenzar la vida con una dieta saludable tiene sus ventajas", afirmó.

"La fruta tiene vitaminas, minerales y todo tipo de compuestos vegetales que parecen ser saludables para nosotros", añadió Sandon. "También vale la pena anotar que si los adolescentes consumen más fruta, ¿qué no están consumiendo en su lugar? ¿Comen menos dulces, galletas, pasteles y refrescos? Eso también podría tener algo que ver".

Por otro lado, el segundo estudio en la misma revista exploró el impacto del consumo a largo plazo de alcohol sobre el riesgo de cáncer de mama.

Esa investigación, dirigida por Marie Dam de la Universidad del Sur de Dinamarca, siguió a los patrones de consumo de alcohol de unas 22,000 mujeres postmenopáusicas entre 1993 y 1998, y una vez más entre 1999 y 2003.

Al final, el equipo danés concluyó que las mujeres que aumentaron su consumo total de alcohol en dos bebidas al día (durante uno de los periodos de cinco años) terminaron aumentando su riesgo de cáncer de mama alrededor de un 30 por ciento.

Al mismo tiempo, Dam y sus colaboradoras encontraron que las mujeres que aumentaron su consumo de alcohol terminaron con un riesgo un 20 por ciento más bajo de enfermedad cardiaca, en relación con las mujeres cuyos patrones de consumo de alcohol no cambiaron.

Algo interesante es que reducir el alcohol no se tradujo en unas mejores probabilidades en términos del cáncer de mama o de la enfermedad cardiaca, anotó el equipo.

"Hace mucho que sabemos que el consumo de alcohol se relaciona con el cáncer de mama", dijo Sandon. "Así que no es sorprendente, aunque sea un enigma en términos de la salud cardiaca. Pero si se tienen factores de riesgo del cáncer de mama en la familia, quizá beber vino tinto no sea una buena decisión", añadió Sandon.

"Y hay mejores cosas que se pueden hacer para la salud cardiaca que beber", enfatizó. Sus sugerencias: "Haga ejercicio, coma granos integrales y mantenga un peso saludable".

Fuente: Medline Plus