Los programas que estigmatizan el hábito de fumar pueden ser contraproducentes.
Esa es la conclusión de una nueva investigación que ha descubierto que aunque presentar el hábito de fumar como socialmente inaceptable puede persuadir a algunos fumadores de abandonar el hábito, puede hacer que otros se enojen y se pongan a la defensiva y se sientan heridos en su autoestima, lo que hace que sea más difícil que lo dejen.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores revisaron casi 600 estudios. En un estudio, el 27 por ciento de los fumadores sintieron que se les trataba de forma diferente por fumar. Y en otro, entre el 30 y el 40 por ciento de los fumadores reportaron haber experimentado niveles altos de desaprobación familiar y rechazo social. Y otro estudio descubrió que el 39 por ciento de los fumadores creían que las personas pensaban peor de ellos.
En muchos estudios, los fumadores usaron palabras como "leproso", "marginado", "mala persona", "persona de baja calaña" y "patético" para describir cómo les hicieron sentir los mensajes de salud pública negativos sobre el hábito de fumar.
Para algunos fumadores, esta estigmatización llevó a un aumento de la resistencia a dejar de fumar, a volver a fumar después de dejarlo, a un aumento del estrés y a un aislamiento social autoimpuesto.
"Los estereotipos con los que se enfrentan los fumadores son casi universalmente negativos", dijo la coautora Sara Evans-Lacko, en un comunicado de prensa de la Universidad Estatal de Pensilvania.
"El estigma para los padres que fuman es particularmente fuerte", añadió Evans-Lacko, investigadora en la Escuela de Ciencias Económicas y Políticas de Londres, en Inglaterra.
Los hallazgos muestran que aunque los mensajes negativos pueden persuadir a algunos fumadores a dejarlo, los programas antitabaco también deberían usar métodos positivos, como puede ser el enfatizar los beneficios de dejar de fumar, señalaron los investigadores.
"Las futuras investigaciones deben comprender qué factores están relacionados con el modo en que los individuos responden al estigma del fumador", señaló en el comunicado de prensa Rebecca Evans-Polce, coautora del estudio y becaria posdoctoral en el Centro de Metodología de la Universidad Estatal de Pensilvania y en el Centro de Investigación sobre la Prevención Bennet Pierce.
Los hallazgos aparecen el 2 de noviembre en la revista Social Science & Medicine.
Fuente: Medline Plus
La Declaración Mundial sobre el Cáncer reconoce que para lograr reducciones importantes en las muertes prematuras, la educación innovadora y las oportunidades de capacitación para los trabajadores de la salud en todas las disciplinas de control del cáncer deben mejorar significativamente.
ecancer desempeña un papel fundamental en la mejora del acceso a la educación para el profesional médico. Todos los días ayudamos a médicos, enfermeras, pacientes y sus defensores a ampliar sus conocimientos y mejorar la calidad de la atención.
Gracias por tu apoyo.