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El cáncer podría ser un peligro oculto para el corazón, según un informe

6 Oct 2015
El cáncer podría ser un peligro oculto para el corazón, según un informe

Las personas con cáncer podrían estar sufriendo un daño cardiaco silente e inadvertido debido a la malignidad, informa un estudio austríaco reciente.

Los investigadores encontraron que los pacientes de cáncer recién diagnosticados presentaban unos niveles altos en la sangre de hormonas y sustancias en el cuerpo que por lo general son señales características de una enfermedad cardiaca, señalaron los autores de la investigación.

Esos indicadores químicos de enfermedad cardiaca aumentaron junto con la gravedad del cáncer de la persona, y se asociaron de forma firme con un riesgo más alto de muerte en esos pacientes, dijeron los investigadores.

Los hallazgos sugieren que el cáncer podría estar dañando el tejido cardiaco, aunque la persona quizá no muestre evidencias clínicas de enfermedad cardiaca, concluyeron los investigadores.

La Dra. Ana Barac, presidenta de la Sección de Cardio-Oncología del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology), dijo que el estudio podría "cambiar el paradigma" de cómo los médicos consideran el cáncer y la enfermedad cardiaca.

Los cardiólogos y los oncólogos por lo general se concentran exclusivamente en las enfermedades que son su especialidad particular, dijo Barac, directora médica del Programa de Rehabilitación Cardiaca del Centro Hospitalario MedStar Washington, en Washington, D.C.

Esas barreras se han debilitado un poco en los últimos años, a medida que se ha aprendido más sobre los efectos tóxicos que la quimioterapia para el cáncer puede tener sobre el corazón.

Como resultado, los oncólogos con frecuencia evalúan los indicadores químicos de enfermedad cardiaca antes de asignar un paciente a quimioterapia, para asegurarse de que el tratamiento contra el cáncer no provoque una enfermedad cardiaca potencialmente letal, señaló.

Pero los pacientes de este estudio tenían unos niveles altos de esos indicadores incluso antes de recibir quimioterapia, y sus niveles empeoraban a medida que su cáncer avanzaba.

"Es algo muy esclarecedor", dijo Barac. "Señalan que hay una comunicación cruzada entre el cáncer y el estado cardiovascular. Tenemos que esforzarnos más por comprender esa biología".

El estudio, que aparece en la edición del 28 de septiembre de la revista Heart, se concentró en 555 personas tratadas por cáncer en el Hospital General de Viena, en Austria.

Antes de que los pacientes comenzaran con algún tratamiento que pudiera haber dañado su corazón, los investigadores llevaron a cabo un panel de pruebas para evaluar las señales de enfermedad cardiaca en la sangre. Las pruebas examinaron los niveles sanguíneos de varias hormonas relacionadas con el corazón, algunas proteínas asociadas con la inflamación, y una sustancia conocida como troponina de alta sensibilidad que regula las contracciones del músculo cardiaco.

Por ejemplo, la troponina es usada por los médicos para evaluar si una persona ha sufrido un ataque cardiaco que no se ha detectado. "Es algo que solo aparece cuando el corazón ha sido dañado", dijo la Dra. Ann Bolger, profesora y cardióloga de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco.

Los investigadores monitorizaron el progreso de los pacientes durante un promedio de dos años. Durante el periodo de monitorización, alrededor de una tercera parte de los pacientes murieron.

Un análisis de sus muestras de sangre mostró que los niveles de troponina y de todas las hormonas medidas aumentaron conjuntamente con la gravedad del cáncer, y en algunos casos eran cien veces más altas de lo anticipado, informaron los autores del estudio.

Todos los indicadores se asociaron de forma significativa con un aumento en el riesgo de muerte de una persona por todas las causas, que aumentó entre un 21 y un 54 por ciento, dependiendo del indicador químico en cuestión.

"Eso hace que uno piense que encontrar estas cosas nos dice que el corazón está afectado por el cáncer", comentó Bolger.

El cáncer podría dañar al corazón indirectamente de varias formas sin llegar a propagarse a ese órgano, dijeron los expertos.

Por ejemplo, el cuerpo podría intentar combatir el cáncer aumentando la inflamación. "Uno de los costos de activar esa respuesta inflamatoria es que desencadena algunas de las cosas malas que sabemos que puede provocar en el corazón", dijo Bolger.

El cáncer también podría dañar al corazón de forma directa al liberar sustancias tóxicas que dañen al músculo, dijo el Dr. Alexander Lyon, profesor principal de cardiología del Colegio Imperial de Londres y cardiólogo asesor del Hospital Real de Brompton, también en Londres.

"De la misma forma que el músculo esquelético del cuerpo se consume con el cáncer avanzado, quizá el músculo cardiaco también se vea afectado", dijo Lyon, autor de un editorial que acompaña al artículo.

Pero las señales características de daño cardiaco relacionado con el cáncer podrían tener otras explicaciones. Esas hormonas y sustancias corporales podrían ser liberadas como parte de la creación de los minúsculos vasos sanguíneos nuevos que son necesarios para el crecimiento tumoral, por ejemplo, señaló Barac, la experta cardiaca de Washington, D.C.

Independientemente, esos resultados muestran que es importante evaluar la salud cardiaca de los pacientes de cáncer, y administrarles medicamentos para proteger el corazón del daño causado por el cáncer o por el tratamiento que reciben contra el cáncer, enfatizaron los expertos.

"Sería magnífico si pudiéramos evitar que la gente tenga que pasar por este proceso, porque contraer insuficiencia cardiaca además de tener que combatir el cáncer es algo extremadamente difícil para los pacientes", señaló Bolger. "Haríamos cualquier cosa por evitarlo".

Fuente: Medline Plus