Pero las normas para la detección en las mujeres se cambiaron hace poco, de forma que el impacto de la vacuna no está claro, comentan unos investigadores.
Un estudio reciente ofrece más evidencias de que la llegada de las vacunas para combatir al virus del papiloma humano (VPH) podría reducir el cáncer cervical en las mujeres estadounidenses.
Aunque todavía es demasiado pronto para afirmar que las vacunas como Gardasil y Cervarix están reduciendo los casos de cáncer cervical, el nuevo estudio encuentra un declive reciente en el número de mujeres estadounidenses jóvenes con cambios en el tejido cervical que puedan conducir al cáncer.
Pero los investigadores, liderados por Susan Hariri, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., enfatizaron que otro factor podría estar impulsando a la tendencia: unos cambios hechos en años recientes en las recomendaciones de las pruebas de detección del cáncer cervical.
"Creemos que las reducciones en las lesiones de alto grado [precancerosas] en este grupo reflejan cambios en las pruebas de detección, pero que también podrían deberse en parte a la vacuna contra el VPH", dijo Hariri en un comunicado de prensa de la revista Cancer, que publicó los resultados del nuevo estudio.
Según los investigadores, la infección con el VPH provoca más de la mitad de las lesiones cervicales de alto grado, que se definen como tejido anómalo que puede contraer cáncer.
La vacuna contra el VPH se introdujo en Estados Unidos en 2008, y actualmente los CDC la recomiendan para las niñas de 9 a 12 años de edad para ayudar a prevenir la infección con el virus de transmisión sexual.
El equipo de Hariri encontró que entre 2008 y 2012 hubo un gran declive en las lesiones cervicales de alto grado en las mujeres de 18 a 20 años, y una reducción más baja en las mujeres de 21 a 24.
Esas lesiones no causan síntomas, y solo se pueden detectar a través de las pruebas de detección para el cáncer cervical, anotó Hariri.
Las recomendaciones para las pruebas de detección del cáncer cervical se cambiaron durante el periodo del estudio, de forma que su equipo también examinó las tendencias en el uso de dichas pruebas.
"En particular, las pruebas de detección ya no se recomiendan a las mujeres de menos de 21 años, y encontramos unos declives sustanciales en esas pruebas entre las mujeres de 18 a 20 años, lo que es coherente con las nuevas recomendaciones", apuntó Hariri.
Las pruebas de detección también se redujeron en las mujeres de 21 a 24 años, pero a un nivel mucho menor, dijeron los investigadores.
Hariri cree que podrían pasar años antes de que se pueda evaluar del todo el impacto de la vacuna contra el VPH sobre las tasas de cáncer cervical.
Sin embargo, los expertos que revisaron el estudio se sintieron esperanzados.
Aunque los cambios en las pruebas de detección complican las cosas, "debido a las reducciones dramáticas en las lesiones de alto grado entre las mujeres jóvenes, se cree que hay un impacto de la vacuna que va más allá de las tasas más bajas esperadas por la reducción en las pruebas de detección", señaló la Dra. Jennifer Wu, obstetra y ginecóloga del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
"Se ha mostrado que la vacuna contra el VPH reduce la incidencia global de enfermedades precancerosas del cuello del útero", añadió el Dr. Linus Chuang, profesor de obstetricia, ginecología y ciencias de la reproducción de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York. Pero "se necesitan más estudios para confirmar sus hallazgos sobre el impacto de las vacunas contra el VPH en las mujeres de EE. UU.", planteó.
Fuente: Medline Plus