Los mayores beneficios se han visto en los tipos de tumores más comunes, según los investigadores.
Las mujeres que amamantan a sus hijos y más tarde desarrollan cáncer de mama son menos propensas a que el cáncer regrese o a que éste sea letal comparadas con mujeres que no amamantaron, según un nuevo estudio.
“En este estudio de más de 1,600 mujeres con cáncer de mama descubrimos que en aquéllas que habían amamantado había una reducción del 30 por ciento de la probabilidad de que el cáncer regresara”, dijo Marilyn Kwan, investigadora en la división de investigación de Kaiser Permanente en Oakland, California, quien encabezó el estudio. “También observamos que las que habían amamantado tenían una reducción del 28 por ciento del riesgo de morir de cáncer de mama”.
El estudio se publicó en línea el 28 de abril en Journal of the National Cancer Institute.
Los científicos señalaron que otros estudios han descubierto que amamantar está ligado con una menor probabilidad de desarrollar cáncer de mama.
“Si una mujer amamanta, reduce su riesgo de desarrollar cáncer de mama entre 5 y 10 por ciento, aunque también depende de otros factores”, dijo Kwan, como el número de hijos que haya tenido. “Creemos que éste es uno de los primeros estudios que examinan la relación entre dar pecho y el cáncer de mama, tanto en la prognosis como en la supervivencia”, añadió.
“En general, nuestro estudio confirma que amamantar no sólo es bueno para el niño, sino que también podría beneficiar a la madre”, dijo Kwan.
Su equipo descubrió que la lactancia tiene un efecto benéfico que disminuye las probabilidades de recurrencia o mortalidad del cáncer de mama, y que esta protección es más efectiva contra los cánceres de mama más comunes.
El estudio se apoyó en evidencia previa sobre la relación entre la lactancia y el cáncer de mama, dijo la doctora Joanne Mortimer, directora de los Programas de Cáncer Femenino y codirectora del Programa de Cáncer de Mama en el Centro de Cancerología de City of Hope en Duarte, California.
El mensaje que se enfatiza en este nuevo estudio, explicó Mortimer, es que “las mujeres que amamantan sufren cáncer de mama menos agresivo”. Dijo que si bien esto ya se sabía, el nuevo estudio añade detalles sobre los tipos de tumores.
El equipo de Kwan observó dos grupos de mujeres, unas diagnosticadas entre 1997 y 2000 y otras entre 2006 y 2013. La mayoría eran pacientes en Kaiser Permanente, una importante organización de manutención de la salud.
Los científicos observaron una asociación entre la lactancia y resultados más favorables en casos de cáncer de mama, pero el estudio no demostró causa y efecto. Los investigadores descubrieron que la relación era estadísticamente importante en casos de cáncer de mama que pertenecen al subtipo luminal A, e incluyen tumores de receptor de estrógeno positivo (RE-positivo), el tipo más común de cáncer de mama. Sin embargo, no encontraron que la relación estadística fuera lo suficientemente substancial para otros tipos de cáncer de mama.
Si bien Kwan descubrió una reducción de 30 por ciento en el riesgo de reincidencia de cáncer de mama en aquéllas que dieron pecho, cuando tomaron en cuenta el tiempo que alimentaron a sus hijos observaron que cualquier periodo de lactancia disminuía el riesgo, pero la relación no era tan fuerte para las que amamantaron menos de seis meses.
La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics, AAP) recomienda la leche materna como único alimento durante los primeros seis meses de vida, seguida por una combinación de leche y otros alimentos introducidos paulatinamente, hasta por un año o más. La leche materna protege a los bebés de enfermedades como la diabetes, infecciones, y sobrepeso. Según la AAP las madres que amamantan tienen un menor riesgo de desarrollar cáncer de mama y ovarios.
Kwan y otros investigadores especulan que amamantar puede ser preventivo por distintas razones. Por ejemplo, disminuye el número total de ciclos menstruales, y esto disminuye la exposición acumulada a hormonas que pueden favorecer el crecimiento de algunos tumores. Kwan explicó que amamantar también aumenta la diferenciación o maduración de las células conductuales del pecho, que quizá las haga más resistentes al cáncer.
Mortimer dijo que este posible mecanismo tendría sentido basándose en el concepto de que una mama no se desarrolla completamente hasta que haya lactado.
Fuente: Medline Plus
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