El director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), Manel Esteller, ha establecido los patrones epigenéticos del cáncer de mama y también sus consecuencias clínicas.
El hallazgo, que se publica en la revista 'Molecular Oncology', ha permitido establecer una nueva clasificación epigenética del cáncer de mama, el más frecuente en mujeres, ha informado este miércoles el Idibell en un comunicado.
"Hemos analizado las alteraciones epigenéticas, concretamente la señal química del AND en 500 tumores de mama, y hemos comparado los patrones obtenidos con el comportamiento clínico de estos cánceres", ha explicado explica Esteller en relación a la estrategia de la investigación.
El equipo de Esteller ha observado que existen dos subgrupos de tumores de mama, según su epigenoma: el llamado Epi-Basal, caracterizado por la pérdida de marcas epigenéticas que causa roturas en los cromosomas, y el Epi-Luminal B, que presenta una inactivación epigenética de genes importantes que deberían proteger del cáncer.
Lo más destacado del hallazgo es que el subtipo Epi-Luminal B "se comporta de forma especialmente agresiva, y está asociado a una supervivencia menor de las pacientes", ha concretado Esteller, que ha destacado la utilidad de este descubrimiento para recomendar que en estos tumores se administre quimioterapia complementaria.
"En aquellos tumores con patrón epigenético más benigno, la cirugía podría por sí sola ser curativa; evitando así los efectos secundarios de la quimioterapia", ha precisado.
DETECCIÓN PRECOZ
Los progresos en la prevención y la detección precoz, así como el uso de la quimioterapia después de la cirugía han conseguido en los últimos diez años incrementar significativamente la supervivencia en esta enfermedad, "pero aún queda mucho por hacer".
La identificación de pacientes con cáncer de mama de alto riesgo es clave para saber si una paciente requerirá únicamente la extirpación del tumor o si será necesaria la quimioterapia adicional para estar seguros de la eliminación de las células cancerosas mamarias.
Actualmente, se determinan las mutaciones genéticas y patrones de expresión ya conocidos, "pero el rompecabezas de la genética de la enfermedad permanece en buena parte inacabado".
Fuente: La Vanguardia