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Google entra a la lucha contra el cáncer

29 Oct 2014
Google entra a la lucha contra el cáncer

La empresa dueña del mayor buscador en internet, Google, tan cotidiano y comúnmente utilizado que ya ha derivado en el verbo “googlear”, recién abrió dentro de su departamento de innovación un área llamada Ciencias de la vida. Google Life Science, conocida como Google (X) es dirigida por Andrew Conrad, un doctor en biología celular con prestigio en el ámbito genético, que vislumbra un enorme potencial en el software y hardware de Google para el ámbito médico del cual nos iremos enterando en el futuro.

Mientras tanto, se acaba de dar a conocer que entre sus investigaciones tiene una enfocada al uso de nanotecnología para detectar células malignas o cancerosas en el cuerpo a través de un dispositivo magnético.

La investigación está en su fase inicial, pero ya se habla con enfoque lógico sobre el uso de ciertas nanopartículas que al ser ingeridas por una persona, y con la ayuda de un dispositivo portátil, podrían servir para detectar células cancerosas en el organismo.

De llegar Google a resultados concretos con esa investigación, sería una revolución en la medicina oncológica. Simplemente se abriría una nueva manera de detectar cáncer en forma temprana que es cuando realmente puede ser tratado. hoy en día la detección temprana del cáncer está enfocada sólo a ciertos tipos de tumores. Por ejemplo el cáncer de mama gracias a la mastografía o el cervicouterino gracias al papanicolau y la colposcopía. Pero otros como el cáncer de páncreas o pulmón, no hay forma de diagnóstico oportuno y la gran mayoría se detecta tardíamente cuando ya no hay gran cosa qué hacer.

De acuerdo con información de la empresa, si la investigación de Google (X) es acertada y tiene éxito, se trataría de que una persona ingiera unas nanopartículas con núcleo magnético -podría ser a través de una píldora- para llevarlas hacia donde hay actividad tumoral, y detectarlas en el torrente sanguíneo mediante un dispositivo portátil equipado con sensores especiales.

Suena como de ciencia ficción, pero es un hecho que en Google investigan al respecto. Los científicos de Google se plantean: si las células emiten señales bioquímicas tempranas a medida que pasan de un estado de salud a un estado de enfermedad, ¿se podría hacer medición continua de cambios sutiles en la química de la sangre y con ello detectar una enfermedad de manera muy temprana?

Viene una nueva era en diagnóstico

Lo que Google (X) explora es el potencial del nanodiagnóstico, que de convertirse en realidad, sería una tecnología con muchas y diferentes aplicaciones en la medicina.

En los últimos años las nuevas tecnologías -como sensores miniaturizados, nanopartículas y nuevos y potentes microscopios- han dado a los científicos la esperanza de desarrollar nuevos tipos de diagnóstico, donde el estudio se hará al nivel del cuerpo, justamente donde la enfermedad se desarrolla y hace su trabajo, entre las moléculas y las células. Es decir, el médico podría sumergirse en el propio padecimiento y ya no sólo “dar vuelos en helicóptero viendo por encima” sino adentrándose en la acción misma.

Se auguran resultados prometedores, pero como le dice Andrew Conrad a su equipo, les esperan años de trabajo intenso por delante para revelar el verdadero potencial de esta tecnología y hacerlo realidad.

Cumbre de ministros de Salud en Veracruz

En el puerto de Veracruz se realiza la XIV Conferencia Iberoamericana de Ministras y Ministros de Salud, donde se hizo ver el reto común: fortalecer las acciones de promoción y prevención de enfermedades crónicas no transmisibles (ENTs) como diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, esas que, además de enfermar a los pueblos, los empobrece.

La secretaria de Salud, Mercedes Juan, encabezó los trabajos de inauguración junto con el gobernador Javier Duarte. Los ministros destacaron sus metas para el 2015: tener 80% disponible de tecnologías y medicamentos requeridos para tratamiento, así como garantizar que 50% de las personas reciban terapia preventiva para ataques al corazón y apoplejías.

Fuente: El Economista