El cáncer de pulmón, según las estadísticas, el de mayor índice de mortalidad entre hombres y mujeres en Estados Unidos, podría tener menos consecuencias irreversibles gracias a una simple prueba preventiva, que se practica en pacientes que no presentan síntomas.
“Los estudios muestran que mientras más temprano se detecte el cáncer, mayores son las posibilidades de sobrevivir a esta enfermedad mortal”, dice el doctor Mark Dylewski, jefe de cirugía torácica y director médico de cirugía torácica robótica en Baptist Health South Florida.
La prueba consiste en un CT Scan (tomografía computarizada) que puede detectar etapas tempranas del cáncer de pulmón, cuando los tumores son pequeños y están en su mayoría en etapa de ser tratados con éxito. Las radiografías que solían hacerse como medida preventiva, ya no se consideran una prueba de alta precisión.
“Los rayos X proporcionan una imagen de frente y una posterior de los pulmones, mientras que el CT Scan ofrece imágenes de 360 grados y gracias a su mayor sensibilidad puede registrar imágenes de varias capas de tejido”, explica el doctor Juan Carlos Batlle, radiólogo, director de Thoracic Imaging de Baptist Health South Florida.
La prueba no tiene contraindicaciones. “La radiación que se usa es muy baja, comparable a la de la mamografía”, indica el especialista.
Desde el 2011, el National Cancer Institute (NCI) se pronunció en cuanto a la efectividad de esta prueba, cuando dio a conocer los resultados del National Lung Screening Trial (NLST), una investigación clínica hecha al azar, durante la cual se examinó a fumadores de alto riesgo, con pruebas CT Scan de baja dosis y también con rayos X estándar.
“El estudio demostró que hacer la prueba de CT Scan de baja dosis podría reducir la mortalidad por cáncer hasta en un 20 por ciento, comparado con los rayos X del pecho’’, destaca el doctor Batlle.
El costo de la prueba, que se recomienda se haga anualmente a personas con alto riesgo de cáncer de pulmón, es de aproximadamente $300 a $500 y muchas compañías de seguro aún no la cubren. Por esa razón el Baptist Health South Florida lanzó recientemente un programa en el sur de la Florida, el cual ofrece la prueba a personas con alto riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, a un costo
de $35.
“Estamos en la búsqueda de fumadores de moderados a severos, cuyos estilos de vida e historia familiar los coloquen en un alto nivel de riesgo de desarrollar la enfermedad”, dice Dylewski.
Rosa García, de 58 años, fumadora desde hace más de 30 años fue una de las pacientes que respondió a ese llamado.
“He tratado de dejar el cigarrillo en tres oportunidades, pero no he podido. Sin embargo, me preocupa mi salud, así que cuando vi el anuncio de Baptist en el periódico, lo recorté y se lo llevé a mi médico para que me diera una orden para practicármelo”, cuenta García que fuma de un paquete a dos diarios.
Para realizarse la prueba dentro de este programa, se requiere de una orden médica, que puede venir del médico primario. Otros requisitos que se toman en cuenta son la edad y una proporción entre el número de años en que se ha fumado por el número de paquetes.
En otras palabras, son aptas para la prueba personas entre los 55 y 80 años de edad, que sean fumadores o hayan dejado de fumar durante los últimos 15 años, además de tener una historia de fumador de 1 paquete al día durante 30 años o de 2 paquetes al día por 15 años.
“La prueba es sencilla, toma cinco minutos y no hay nada molesto. Da un poco de miedo el resultado, pero lo mejor es que hay remedio, si la enfermedad se detecta a tiempo’’, dice García.
Una vez que se identifica la presencia de cáncer en aquellas personas que no muestran síntomas, existen altas posibilidades de un tratamiento exitoso, de acuerdo con el doctor Batlle.
El cáncer de pulmón, de acuerdo con el NCI, ha estado estrechamente relacionado con el cigarrillo, desde un reporte del Cirujano General, en 1964. La manera más simple de reducir el riesgo es dejar de fumar.
Fuente: el Nuevo Herald