Medardo Avila Vázquez, médico e integrante de la Red Universitaria de Ambiente y Salud (Reduas) y de Médicos de Pueblos Fumigados se refirió al informe que publicó el ministerio de Salud de Córdoba, admitiendo que en las zonas fumigadas las muertes por cáncer duplican la tasa habitual: “Estas realidades terminan apareciendo tarde o temprano, dolorosamente, porque hay mucha gente que viene denunciando esto hace más de 10 años y nadie hace nada. Se sigue exponiendo a muchas personas a venenos que son cancerigenos y que son usados en forma masiva. Mientras los productores hacen su gran negocio, muchos de los vecinos se enferman gravemente, como demuestra esta situación”.
“Esto viene a reforzar los reclamos que venimos haciendo porque muestra que no son sólo datos de los mismos vecinos, o grupos de investigaciones de la universidad, sino que son datos oficiales de los registros de la provincia”, señaló Medardo y describe que ahora esto nos va a servir “para que, a nivel local, en los distintos pueblos, se puedan seguir sacando ordenanzas municipales para prohibir que se siga fumigando alrededor del pueblo. Porque la realidad del interior es que donde termina la última casa del pueblo, ahí no más, cruzando la calle, se siembra la soja y hasta ahí se fumiga y todo el pueblo queda impregnado con la nube de veneno que se aplicó”.
El doctor recordó que ya hay más de 60 pueblos en la Argentina que han sacado ordenanzas que alejan las fumigaciones de 500 a mil metros de los limites de los pueblos y esa es una manera de proteger a la población “porque en estas manzanas, las casas más cerca de los campos es donde hemos verificado mayor concentración de pacientes con cáncer”.
Por otro lado, hizo hincapié en una lucha “donde se enfrenta intereses muy contrapuestos, de los grupos económicos, de los sojeros, de las empresas que están detrás de los sojeros, de los Gobiernos que participan de los agronegocios. Pero tenemos que analizar, qué vamos a hacer prevalecer, si el negocio o la salud, la gente se está enfermando y de una manera seria. En una cuadra de siete familias, cuatro tienen cáncer y eso no es normal. Eso pasa porque se está fumigando. Hay que tomar medidas. Pensar si realmente este sistema de producción es el único, hay alternativas para seguir produciendo sin envenenar y sin contaminar, pero hay que romper la alianza con un grupo de empresas multinacionales muy fuertes que nos están conduciendo en este proceso”.
Por otro lado, se refirió a situaciones “cínicas”, como la que se da en Marcos Juárez, uno de los lugares que aparece en el informe del registro. “Es el lugar más agrario de Córdoba, y tenemos una epidemia de cáncer, y la provincia ha abierto una sala oncológica y la asociación de productores es la que financió la construcción y la que paga los honorarios de los oncólogos. O sea, los productores rurales, que generan el cáncer a través de sus prácticas, están pagando el oncólogo. Por supuesto que la mayor parte de ellos se atiende en otros lugares”, finalizó el especialista.
Fuente: mdz - Mendoza