Son compuestos que ayudan a rastrear células cancerosas. Los producen integrantes de la Unidad PET-Ciclotrón de la UNAM
La Tomografía por Emisión de Positrones (PET) es una técnica de diagnóstico médico por imagen, que brinda información que no podría obtenerse con métodos convencionales.
A través de ella es posible obtener imágenes funcionales del organismo, es decir, información metabólica a partir de la distribución de diferentes radiofármacos que se introducen en el cuerpo del paciente, regularmente de manera intravenosa.
Los radiofármacos son compuestos que dentro de su estructura química tienen un átomo radioactivo. Se trata de moléculas de interés biológico que una vez administradas, muestran la ruta metabólica a donde se van a alojar dentro del organismo. Así permiten obtener información más precisa de un tumor, como sus características de proliferación o si es hipóxico (privado del suministro adecuado de oxígeno), entre otras.
Integrantes de la Unidad PET-Ciclotrón de la Facultad de Medicina de la UNAM producen radionúclidos, compuestos que sirven para marcar y seguir a los radiofármacos, lo cual permite que a partir de la biodistribución de éstos se pueda hacer un diagnóstico más preciso de diversas enfermedades oncológicas, cardiológicas y neurológicas.
Función en la medicina nuclear
El doctor Miguel Ángel Ávila Rodríguez, responsable del área de producción, explicó que los radionúclidos son producidos en un ciclotrón, un acelerador de partículas que genera dichos elementos radiactivos. El ciclotrón con el que cuentan en la Facultad de Medicina es el único disponible en una institución pública y produce entre 60% y 70% de los radiofármacos para PET que se utilizan en la ciudad de México.
Dijo que los radionúclidos convencionales (carbono-11, nitrógeno-13, oxígeno-15 y flúor-18) por lo regular tienen una vida media muy corta que puede ir desde 2 minutos hasta casi las dos horas, es decir, que el material va decayendo y desapareciendo del organismo conforme transcurren los minutos. La forma como el paciente lo elimina de manera biológica generalmente es por la orina, por lo que cuando se le realiza el estudio, se le hidrata constantemente para que pueda eliminarlo más rápido.
Uno de los radionúclidos más utilizado es el llamado flúor-18, cuya vida media es de 110 minutos por lo que al ser incorporado al radiofármaco conocido como FDG (útil para evaluar el metabolismo de glucosa, la cual normalmente está elevada en un tumor) permite obtener imágenes de Tomografía por Emisión de Positrones en las que se pueden detectar alteraciones celulares de los tumores que no sería posible lograr con métodos como los rayos X.
El especialista señaló que la FDG es la molécula que en 90% de los casos se utiliza para estudios diagnósticos en oncología, aunque también es utilizada en neurología y cardiología.
Efecto prolongado
La reducida vida media de los radionúclidos convencionales, con los que en la actualidad trabajan en la Facultad de Medicina, en ocasiones representa una desventaja, pues limita la producción para instituciones distantes, ya que se deben crear casi al momento en que serán utilizados.
El doctor Ávila Rodríguez comentó que en 2013, el Conacyt les aprobó un proyecto cuyo objetivo es la producción de radionúclidos metálicos emisores de positrones para el marcado de moléculas con farmacocinética lenta, lo que abrió la posibilidad de distribuirlos a otros centros fuera de la universidad y del propio país.
Durante el periodo de desarrollo de este proyecto, que es de 2013 a 2015, esperan generar galio-66, que tiene una vida media de 9.5 horas; cobre-64, con una vida de 12.7 horas, y zirconio-89, con 78 horas. Asimismo, señaló que a diferencia de los radionúclidos convencionales, en donde se irradian gases o líquidos, este nuevo proyecto propone irradiar blancos sólidos como los metales. Destacó que este es un proyecto sin precedente en México y Latinoamérica.
La fabricación de radionúclidos con una vida media más larga permitirá seguir y conocer por varios días cómo actúan algunos radiofármacos, con lo que la Unidad PET-Ciclotrón de la UNAM busca contribuir a la mejor detección de tumores.
Fuente: el universal - Mexico
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