Nuevo estudio cuestiona su eficacia. Expertos salen en su defensa.
Los tumores en los senos son la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres del mundo. Actualmente, cerca de 1,4 millones son diagnosticadas cada año con esta enfermedad, de las cuales 9.000 son colombianas. Unas 3.200 mueren anualmente en el país por esta causa.
Aunque las cifras son alarmantes, el diagnóstico temprano y la rápida intervención son determinantes en la sobrevida de las mujeres que lo padecen.
En el caso del diagnóstico precoz, la mamografía sigue siendo un examen clave, por lo cual su eficacia está sujeta al escrutinio científico.
De hecho, un estudio canadiense reciente sugiere que las mamografías no reducen el riesgo de muerte por cáncer de mama y detectan tumores que no requieren de tratamiento.
La investigación, publicada en la revista British Medical Journal (BMJ), hizo seguimiento a 90.000 mujeres, divididas en dos grupos: uno, en donde se realizaban anualmente un examen clínico a cargo de una enfermera y, otro, además de este examen, una mamografía de tamizaje, la cual hace búsqueda de tumores mamarios en pacientes sanas y asintomáticas. Al comparar ambos grupos se encontró que la tasa de cáncer de mama fue similar, dejando entrever que las mamografías no son tan benéficas. (Lea también: 12 claves salvadoras / Le tengo el remedio.)
“No creo que por un estudio tengamos que cambiar lo establecido –explica Carlos Castro, director médico de la Liga Colombiana contra el Cáncer– pero es el momento de revisar si todo ese esfuerzo económico que hace el país para realizar mamografías se justifica o no. Mientras no haya un pronunciamiento de las autoridades sanitarias de nuestro país, el mensaje es que las mujeres deben continuar haciéndose su mamografía y su autoexamen de seno”.
Según el mastólogo Ramiro Sánchez, cada 4 o 5 años aparecen estudios que cuestionan la eficacia de la mamografía para diagnosticar cáncer. “Este es el único examen que permite hacer un diagnóstico de cánceres no palpables en etapas tempranas. Y cuando la paciente tiene un tumor palpable la mamografía sirve para evaluar otros tumores”, dice.
El cirujano mastólogo Sebastián Quintero enfatiza que es el único medio diagnóstico que ha logrado demostrar una disminución en la mortalidad de cáncer de seno, cercana al 30 por ciento, cuando se aplica de forma adecuada. Otros estudios señalan que puede identificar los tumores en casi un 85 por ciento de los casos.
Para el diagnóstico
Existen dos tipos de mamografía: de tamizaje y diagnóstica. La primera –explica el mastólogo José Fernando Robledo– es una medida de salud pública que se realiza en mujeres sanas, mayores de 40 o 50 años, con el fin de buscar la existencia de cáncer de mama. La diagnóstica se practica en pacientes con síntomas mamarios que acuden al especialista por preocupaciones específicas sobre sus senos (no hay límite de edad).
“La mamografía de tamizaje ha sido cuestionada, pues para poder detectar cinco cánceres de seno hay que examinar al menos a mil personas”, indica Robledo. Y pescar esos cánceres que están creciendo silenciosos, en gente aparentemente sana, anota, es difícil y costoso.
Las mamografías, además, son un método de diagnóstico imperfecto: de todas las imágenes sospechosas de ser tumores malignos, solo un 10 a 20 por ciento realmente lo son. “Confirmar esa sospecha requiere estudios adicionales, muchas veces costosos, que generan angustia en la mujer”, dice.
Javier Romero, jefe de imágenes de la mujer de la Fundación Santa Fe, puntualiza que “uno de los factores más importantes para que una mujer sobreviva al cáncer de seno es la posibilidad de detectarlo en el menor tamaño posible, por debajo de dos centímetros e idealmente por debajo de un. La mejor forma para diagnosticarlo de ese tamaño es con la mamografía”.
Cuándo practicarla
Algunos países recomiendan la mamografía anual a partir de los 40 años; otros a los 50, cada dos años. Sin embargo, si la mujer tiene la posibilidad puede hacerse su examen a los 40, sobre todo si tiene antecedentes familiares de cáncer de seno.
En mujeres con historia familiar de cáncer de mama u ovario se recomiendan pruebas genéticas.
La resonancia magnética y la ecografía de mama son otros exámenes.
Fuente: el tiempo
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