Una muestra de sangre que se hace pasar por un pequeño filtro de plástico podría sustituir en muchos casos las biopsias para la detección de cánceres, según un hematólogo francés, que va a utilizar su invento para realizar pruebas con pacientes a comienzos de 2014 y pretende comercializarlo en unos meses.
El principio del invento es que las células cancerosas se quedan en la superficie al pasar el filtro y entonces pueden ser fácilmente analizadas para establecer un diagnóstico mucho más barato y sencillo que una biopsia, destacó el hematólogo Yvon Cayre, en unas declaraciones publicadas hoy por "Le Parisien".
Según los cálculos de este investigador de la universidad Pierre y Marie Curie de París, al menos un 60 % de las biopsias se podrían reemplazar por un simple análisis de sangre.
La excepción sería cuando las células tumorales son raras porque entonces habría que seguir recurriendo a la biopsia.
El precio del tubo de plástico que sirve de filtro, y que todavía no tiene nombre oficial, no superará los 200 euros, según las estimaciones de Serge Kraïf, director de Biocare Cell, una estructura empresarial que se ha constituido para lanzar este proyecto con la intención de comercializarlo "de aquí a cinco o seis meses".
Además de la naturaleza mucho menos invasiva de una toma de sangre, otra ventaja de este método es que "la biopsia no está adaptada a las nuevas terapias personalizadas contra el cáncer", afirmó Cayre.
La razón es que "la particularidad de las células tumorales es que tienen anomalías genéticas. Y con la presión de estos nuevos tratamientos selectivos, esas anomalías experimentan mutaciones. Para hacerles un seguimiento, no se puede hacer una biopsia cada vez".
Por otro lado, el dispositivo abre perspectivas para descubrir anomalías fetales como enfermedades genéticas del tipo de la trisomía 21. Es decir, que el filtro de sangre podría sustituir en el futuro a la amniocentesis, en la que se necesita extraer una muestra de líquido amniótico durante el embarazo, con los riesgos que entraña.
Fuente: La razón