Los investigadores han identificado un método para mejorar la eficacia de un prometedor tratamiento contra el cáncer.
Descubrieron que la modificación de un gen específico mejora la capacidad de las células inmunitarias para combatir el cáncer durante un período prolongado, lo que podría reducir la posibilidad de que el cáncer reaparezca.
El hallazgo de que la reducción de la actividad del gen CUL5 aumenta los efectos anticancerígenos de las células CAR-T podría mejorar el tratamiento de pacientes con cánceres agresivos como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.
El estudio fue publicado en Nature Communications por un grupo dirigido por Yoshitaka Adachi, Seitaro Terakura y el profesor Hitoshi Kiyoi de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nagoya en Japón.
La terapia con células CAR-T es un tratamiento avanzado contra el cáncer en el que las propias células inmunitarias del paciente (células T) se modifican genéticamente en un laboratorio.
A estas células se les administra un «receptor de antígeno quimérico» (CAR), que les permite atacar y eliminar las células cancerosas.
Los investigadores se centraron en un CAR dirigido a la proteína CD19 que se encuentra en las células B, un tipo de célula inmunitaria que puede volverse cancerosa en enfermedades como la leucemia.
Aunque los médicos han utilizado con éxito esta terapia para el tratamiento, muchos pacientes experimentan una recaída del cáncer causada por el entorno hostil creado por las células cancerosas.
Tras repetidos encuentros con células cancerosas, las células T-CAR pierden su capacidad de dividirse y atacar eficazmente el tumor.
Alteración de genes para mejorar la eficacia
El equipo de investigación utilizó un método llamado cribado CRISPR para identificar genes potenciales que podrían mejorar la terapia con células T-CAR.
El CRISPR permite a los científicos desactivar genes individuales en las células para ver cuáles son importantes para una función específica.
El gen de interés, CUL5, está implicado en la descomposición de ciertas proteínas dentro de las células.
Cuando este gen está inactivo, una vía de señalización celular, conocida como vía de señalización JAK-STAT, se vuelve más sostenida.
Esta vía envía señales que estimulan el crecimiento y la multiplicación de las células T, haciéndolas más eficaces en la lucha contra el cáncer.
Los investigadores descubrieron que la desactivación del gen CUL5 mejora el crecimiento y la longevidad de las células CAR-T, incluso después de una exposición repetida a las células cancerosas.
Cuando el equipo probó sus células CAR-T modificadas en ratones con linfoma de células B, el cáncer más común en humanos, descubrieron que eran mucho más eficaces para reducir los tumores y evitar que el cáncer reapareciera que las células CAR-T normales.
Una nueva forma de crear células específicas
Tradicionalmente, la creación de estas células deficientes en CUL5 requiere un proceso llamado electroporación, que utiliza pulsos eléctricos para introducir cambios en las células.
Sin embargo, este método puede dañar las células y no es práctico para tratar a un gran número de pacientes.
Los investigadores de la Universidad de Nagoya desarrollaron una nueva forma de reducir parcialmente la actividad de CUL5 utilizando un virus para introducir material genético en las células CAR-T.
«Logramos la transfección de CAR y la transducción de shCUL5 a la vez mediante transfección de virus», dijo Terakura.
«Como los linfocitos T no fueron sometidos a electroporación, permanecieron sanos después de la transfección».
Este descubrimiento apunta a una forma de hacer más eficaz el tratamiento del cáncer.
Puede que sea posible aumentar la eficacia de la terapia con células CAR-T en el tratamiento de cánceres de la sangre como el linfoma y la leucemia.
Las células CAR-T modificadas no solo combaten mejor los tumores, sino que también podrían permanecer activas en el cuerpo durante más tiempo, lo que reduce las posibilidades de que el cáncer reaparezca.
El equipo de investigación está estudiando ahora si este mismo enfoque de modificación genética podría ayudar a tratar otros tipos de cáncer, especialmente tumores sólidos como los que se encuentran en los órganos, que han sido particularmente difíciles de tratar con los métodos actuales.
Fuente: Universidad de Nagoya
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