Un estudio dirigido por la UCLA descubrió que los tratamientos que reducen el riesgo de que se diagnostique una recidiva del cáncer basándose en el aumento de los niveles de antígeno prostático específico (PSA) tras la radioterapia, lo que suele denominarse recidiva bioquímica, no mejoran necesariamente la supervivencia global a largo plazo del paciente.
El equipo de investigadores descubrió que, si bien la recidiva bioquímica se asociaba a un mayor riesgo de muerte, seguía sin cumplir los criterios para ser un criterio de valoración sustitutivo fiable de la supervivencia global. Según la definición de la FDA, un resultado clínico mide directamente si las personas que participan en un ensayo se sienten o funcionan mejor, o si viven más tiempo. Un criterio de valoración indirecto es un resultado específico y relativamente temprano que predice de forma fiable un resultado clínico que se produce a largo plazo.
Las recurrencias bioquímicas se producen mucho antes en el curso de la enfermedad que las metástasis o la supervivencia, y podrían ser el criterio de valoración sustitutivo ideal para el cáncer de próstata. Por lo tanto, el equipo evaluó si la recidiva bioquímica podía ser un criterio de valoración sustitutivo útil de la muerte. Esto tiene implicaciones no sólo para el diseño de ensayos clínicos, sino también para evaluar el beneficio de diversas formas de intensificación del tratamiento y para asesorar a los pacientes.
"Uno de los motivos de nuestro hallazgo podría ser que muchos de los pacientes del estudio murieron por causas no relacionadas con el cáncer de próstata", afirma el Dr. Amar Kishan, profesor asociado de Oncología Radioterápica de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA e investigador del Centro Oncológico Integral Jonsson de la UCLA Health y autor principal del estudio. "La fuerza de la correlación entre la recidiva bioquímica y la supervivencia global varió en función de cómo se contabilizaron las muertes por causas no relacionadas con el cáncer. Sin embargo, es importante señalar que nos fijamos específicamente en la muerte, y no en la calidad de vida. Ciertamente, la recurrencia bioquímica podría afectar a la calidad de vida. Lamentablemente, no se dispone de datos de seguimiento de alto nivel, y es algo que nuestro grupo, y otros, esperan seguir explorando".
La recidiva bioquímica aparece en casi un tercio de los hombres con cáncer de próstata tras el tratamiento con prostatectomía o radioterapia del cáncer de próstata localizado. Suele aparecer al principio de la enfermedad e indica que el cáncer podría reaparecer. Por ello, se ha teorizado que puede ser un marcador para predecir la supervivencia global del paciente. Sin embargo, los análisis anteriores han arrojado conclusiones contradictorias sobre si la recidiva bioquímica podría ser un indicador fiable de la supervivencia global de los pacientes tratados por cáncer de próstata.
Los investigadores recopilaron y analizaron datos de 11 estudios diferentes que evaluaban el aumento de la dosis de radioterapia, el uso de la terapia de privación androgénica y la prolongación de la terapia de privación androgénica para evaluar el potencial de la recidiva bioquímica como factor predictivo de la supervivencia. En total, se incluyeron en el análisis 10.741 pacientes.
A pesar del potencial del uso de la recidiva bioquímica como posible marcador para predecir la supervivencia global en pacientes con cáncer de próstata, los resultados del estudio indican que no debería ser el objetivo principal ni la medida principal en futuros ensayos clínicos para el cáncer de próstata localizado. En su lugar, la supervivencia sin metástasis, que se refiere al periodo sin propagación del cáncer a otras partes del cuerpo, es un criterio de valoración más adecuado para futuros ensayos que incluyan radioterapia en casos de cáncer de próstata localizado.
El autor principal y correspondiente es Kishan. Los coautores principales son Tahmineh Romero, de la UCLA, y el Dr. Soumyajit Roy, del Centro Médico de la Universidad Rush. La lista completa de autores figura en el artículo de la revista.
El estudio se publicó en la revista Journal of Clinical Oncology.
Fuente: Universidad de California - Los Ángeles Ciencias de la Salud