Los pacientes con glioblastoma -el tipo más mortífero de tumor cerebral primario- pueden beneficiarse potencialmente de los medicamentos de inmunoterapia denominados inhibidores de los puntos de control inmunitario, que estimulan una respuesta inmunitaria contra las células cancerosas.
Sin embargo, también pueden sufrir edema cerebral durante el tratamiento.
En la actualidad, el edema cerebral se controla con esteroides, que son altamente inmunosupresores y, por tanto, contrarrestan los beneficios de la inmunoterapia.
Por tanto, se necesitan urgentemente nuevos fármacos que controlen el edema de forma segura sin causar inmunosupresión.
Una nueva investigación dirigida por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) revela que el fármaco para la presión arterial losartán puede prevenir el edema inducido por la inmunoterapia.
Los hallazgos, que se publican en PNAS, indican que tomar losartán puede permitir a los pacientes seguir recibiendo inhibidores de puntos de control inmunitarios sin desarrollar efectos adversos en el cerebro.
Mediante el uso de modelos de ratón de cáncer, secuenciación de ARN unicelular, estudios de bloqueo de células inmunitarias y análisis de exploraciones por imagen de pacientes, los científicos demostraron que el edema inducido por inmunoterapia es el resultado de una respuesta inflamatoria que altera la barrera hemato-tumoral, una modificación de la barrera hematoencefálica que se produce con el cáncer cerebral.
En esta respuesta intervienen las enzimas metaloproteinasas de matriz 14 y 15, que residen en las células que recubren los vasos sanguíneos asociados a los tumores e inducen la fuga de los vasos sanguíneos para provocar el edema.
Los experimentos revelaron que el losartán puede prevenir el edema relacionado con la inmunoterapia reduciendo la expresión de estas enzimas.
El losartán también tuvo muchos otros efectos beneficiosos en el entorno tumoral que potenciaron la respuesta inmunitaria antitumoral del organismo.
Combinado con un inhibidor del punto de control inmunitario, el losartán mejoró la supervivencia en modelos de ratón de glioblastoma, curando al 20% de los ratones, cifra que aumentó al 40% cuando se combinó con el tratamiento estándar consistente en quimiorradiación seguida de cirugía.
"El edema cerebral es en sí mismo una característica distintiva de los tumores cerebrales primarios como el glioblastoma. En pacientes con glioblastoma, hemos observado que el bloqueo de los puntos de control inmunitarios aumenta el edema cerebral en aproximadamente un 20%. Esto no sólo es perjudicial para los pacientes desde el punto de vista neurológico, sino que incluso puede ser letal", afirma el autor principal, Rakesh K Jain, PhD, director de los Laboratorios E L Steele de Biología Tumoral del Hospital General de Massachusetts y catedrático Andrew Werk Cook de Oncología Radioterápica de la Facultad de Medicina de Harvard.
"La mayoría de los pacientes que sufren edema reciben esteroides para reducir la inflamación cerebral; sin embargo, estos fármacos son altamente inmunosupresores y, por tanto, contrarrestan los efectos de la inmunoterapia. Por lo tanto, hemos identificado una opción farmacéutica viable para el control del edema que aborda el mecanismo subyacente del edema inducido por la inmunoterapia, y también sensibiliza el microambiente tumoral a la terapia de bloqueo de puntos de control inmunitarios."
Jain señala que, dado que el losartán es seguro, eficaz y asequible, puede prescribirse fácilmente junto con la inmunoterapia a pacientes con glioblastoma.
Partiendo de su planteamiento anterior publicado en PNAS en 2020 para identificar biomarcadores de respuesta a la inmunoterapia, el equipo también identificó factores del entorno tumoral que pueden predecir qué pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse de dicha combinación.
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