Según científicos de la Universidad de Cambridge, las células anormales que acaban convirtiéndose en cáncer de esófago -cáncer que afecta al conducto que conecta la boca y el estómago- comienzan su vida como células del estómago.
El estudio, que se publica hoy en Science, ha revelado que un subtipo concreto de cáncer de esófago conocido como adenocarcinoma esofágico siempre va precedido de un esófago de Barrett -células anormales del esófago-, aunque estas células ya no sean visibles en el momento del diagnóstico del cáncer. Esto confirma que el cribado del esófago de Barrett es un enfoque importante para el control del cáncer de esófago.
El cáncer de esófago es el sexto más mortífero, y el adenocarcinoma de esófago está aumentando en los países occidentales. Los científicos y los médicos saben desde hace tiempo que el desarrollo de este cáncer está relacionado con el esófago de Barrett, que aparece en la endoscopia como una "mancha" rosada en la superficie del esófago y que afecta a una de cada 100 a 200 personas en el Reino Unido, y entre 3 y 13 personas de cada 100 con esta afección desarrollarán un adenocarcinoma de esófago a lo largo de su vida. Sin embargo, la cuestión de la procedencia de estas células anormales ha sido un misterio que ha desconcertado a los científicos durante décadas.
Un grupo multidisciplinar de científicos dirigido por la profesora Rebecca Fitzgerald, de la Unidad de Cáncer del Consejo de Investigación Médica de la Universidad de Cambridge, ofrece hoy la explicación más completa hasta la fecha.
La Dra. Lizhe Zhuang, coautora del estudio, dijo: "Resulta intrigante que, aunque el esófago de Barrett se produce predominantemente en la parte inferior del esófago, cerca del estómago, tenga las llamadas "células caliciformes", que se asemejan a un órgano mucho más lejano, el intestino delgado. En los últimos veinte años ha habido al menos seis hipótesis diferentes sobre el origen del esófago de Barrett. Utilizando las técnicas más modernas, creemos haber llegado a una respuesta a este misterio".
El equipo de investigación analizó muestras de tejido de pacientes con esófago de Barrett y de donantes de órganos que nunca habían padecido la enfermedad. Las muestras se recogieron en el marco del Biorepositorio de Medicina Traslacional del Hospital de Addenbrooke, que forma parte de la Fundación de Hospitales Universitarios de Cambridge.
Los autores principales, la Dra. Karol Nowicki-Osuch y la Dra. Lizhe Zhuang, establecieron un "atlas" detallado de células y tejidos humanos de todos los posibles orígenes del esófago de Barrett, incluidas las glándulas submucosas esofágicas, una estructura tisular escurridiza que actúa de forma similar a las glándulas salivales y que nunca antes se había aislado de tejido humano fresco.
A continuación, los investigadores compararon los mapas de las células de los tejidos sanos, del esófago de Barrett y del adenocarcinoma de esófago utilizando una serie de tecnologías moleculares de última generación. Entre ellas se encontraba la secuenciación del ARN de una sola célula, una potente tecnología que permite a los investigadores investigar las funciones de un gran número de células individuales. También examinaron los perfiles de metilación -modificaciones químicas del ADN de las células del tejido- y el linaje genético para rastrear el origen de un determinado tipo de célula.
Los resultados mostraron una sorprendente similitud entre las células del estómago y las del esófago de Barrett, lo que sugiere que las células de la parte superior del estómago pueden reprogramarse para adoptar una nueva identidad tisular, asemejándose más a las células del intestino, y sustituir a las del esófago. Además, en este nuevo estudio el equipo demostró que dos genes, MYC y HNF4A, son las claves que cambian la identidad tisular de las células del estómago a las del intestino.
La Dra. Karol Nowicki-Osuch, coautora del estudio, afirmó: "Las técnicas que hemos utilizado nos han mostrado los procesos internos que ocurren en las células del estómago cuando se convierten en las de Barrett. La gran pregunta ahora es: ¿qué desencadena estos genes? Es probable que se trate de una compleja combinación de factores que incluyen el reflujo de ácidos biliares (a menudo percibido como acidez) y otros factores de riesgo, como la obesidad, la edad, el sexo masculino y la etnia caucásica".
Es importante destacar que los investigadores descubrieron que todas las células de adenocarcinoma de esófago comienzan como células estomacales antes de transformarse en células de Barrett y luego en células cancerosas.
El profesor Fitzgerald añadió: "Aunque el Barrett precanceroso no sea visible en el momento del diagnóstico del cáncer, nuestros datos sugieren que las células cancerosas habrán pasado por esta fase. Esto se ha debatido durante algún tiempo, pero nuestra conclusión es importante, ya que significa que el cribado de Barrett es un enfoque importante para controlar el cáncer de esófago".
Michelle Mitchell, directora ejecutiva de Cancer Research UK, ha declarado: "Los conocimientos que hoy se han obtenido sobre el origen del adenocarcinoma de esófago podrían servir de base para futuras investigaciones sobre cómo diagnosticar este tipo de cáncer de forma precoz, lo cual es fundamental para mejorar los resultados de los pacientes".
"Esta investigación va de la mano de otros éxitos recientes en la detección precoz, como Cytosponge, la prueba de la esponja en una cuerda, que financiamos para detectar el Barrett en pacientes con síntomas de acidez".
La investigación fue financiada en gran parte por el Consejo de Investigación Médica, Wellcome y Cancer Research UK.
Referencia: Universidad de Cambridge
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