Una nueva investigación publicada en BMC Cancer ha demostrado que la quimioterapia mielosupresora desestabiliza el microbioma intestinal de los pacientes con cánceres de órganos sólidos.
El estudio de SAHMRI y la Universidad de Flinders evaluó la salud intestinal de hombres y mujeres que se sometieron a quimioterapia convencional en casos de cáncer, como el de mama y el de pulmón, sin exposición a antibióticos.
"Sabemos que la quimioterapia mielosupresora reduce significativamente el recuento de glóbulos blancos durante los primeros siete o diez días de tratamiento, lo que hace que el organismo sea más vulnerable a las infecciones", afirma el autor principal, el Dr. Lito Papanicolas, experto en enfermedades infecciosas y microbiólogo clínico. "En este estudio nos centramos en cuánto cambió el microbioma del individuo durante este periodo, cuando las bacterias son más propensas a causar infecciones".
El análisis del microbioma intestinal de los participantes antes y durante la quimioterapia reveló cambios significativos.
Entre ellos, un aumento de las bacterias que pueden causar infecciones graves e incluso potencialmente mortales en los pacientes con cáncer.
Aunque el ensayo demostró que el microbioma estaba claramente alterado, el Dr. Papanicolas afirma que es necesario seguir investigando para determinar si esta alteración es de hecho necesaria para que el tratamiento sea eficaz.
"Podría ser que lo que estamos viendo sea en realidad algo bueno, porque existe la posibilidad de que el cambio en el microbioma desencadene la respuesta inmunitaria del cuerpo para combatir el cáncer", afirma el Dr. Papanicolas.
Los hallazgos han supuesto una importante contribución a nuestra capacidad de predecir cómo va a responder el microbioma de un individuo a la quimioterapia antes de que ésta se produzca, añade.
El laboratorio de Microbioma y Salud del Huésped de SAHMRI, en colaboración con el Centro de Innovación en Cáncer de Flinders, iniciará pronto un estudio más amplio para examinar si los cambios en el microbioma intestinal durante la quimioterapia están relacionados con el riesgo de infección de un paciente o su respuesta al tratamiento.
Se espera que esta investigación permita a los médicos adaptar mejor la terapia a cada paciente para mejorar los resultados del tratamiento.
Fuente: Flinders University