Una clase de fármacos llamados inhibidores de la monoaminooxidasa se prescriben habitualmente para tratar la depresión; los medicamentos actúan aumentando los niveles de serotonina, la "hormona de la felicidad" del cerebro.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la UCLA sugiere que esos fármacos, conocidos comúnmente como IMAO, podrían tener otro beneficio para la salud: ayudar al sistema inmunitario a atacar el cáncer.
Sus conclusiones se recogen en dos artículos publicados en las revistas Science Immunology y Nature Communications.
"Los IMAO no se habían relacionado antes con la respuesta del sistema inmunitario al cáncer", afirma Lili Yang, autora principal del estudio y miembro del Centro Eli y Edythe Broad de Medicina Regenerativa e Investigación de Células Madre de la UCLA. "Lo más interesante es que se trata de un tipo de fármaco muy estudiado y seguro, por lo que adaptarlo al cáncer no es tan difícil como lo sería desarrollar un fármaco completamente nuevo".
Los recientes avances en la comprensión del modo en que el sistema inmunitario humano busca y destruye de forma natural las células cancerosas, así como el modo en que los tumores tratan de eludir esa respuesta, han dado lugar a nuevas inmunoterapias contra el cáncer, es decir, a fármacos que potencian la actividad del sistema inmunitario para tratar de combatirlo.
En un esfuerzo por desarrollar nuevas inmunoterapias contra el cáncer, Yang y sus colegas compararon células inmunitarias de tumores de melanoma en ratones con células inmunitarias de animales sin cáncer.
Las células inmunitarias que se habían infiltrado en los tumores tenían una actividad mucho mayor de un gen llamado monoamino oxidasa A, o MAOA. La proteína correspondiente a la MAOA, denominada MAO-A, controla los niveles de serotonina y es el objetivo de los fármacos IMAO.
"Durante mucho tiempo se ha teorizado sobre la interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmunitario y las similitudes entre ambos", explica Yang, que también es profesor asociado de microbiología, inmunología y genética molecular de la UCLA y miembro del Centro Oncológico Integral Jonsson de la UCLA. "Así que fue emocionante descubrir que la MAOA era tan activa en estas células inmunitarias que infiltran los tumores".
A continuación, los investigadores estudiaron ratones que no producían la proteína MAO-A en las células inmunitarias.
Los científicos descubrieron que esos ratones controlaban mejor el crecimiento de los tumores de melanoma y de colon.
También descubrieron que los ratones normales eran más capaces de combatir esos cánceres cuando eran tratados con IMAO.
Profundizando en los efectos de la MAO-A en el sistema inmunitario, los investigadores descubrieron que las células T -las células inmunitarias que se dirigen a las células cancerosas para destruirlas- producen MAO-A cuando reconocen los tumores, lo que disminuye su capacidad para combatir el cáncer.
Este descubrimiento sitúa a la MAO-A entre una lista cada vez mayor de moléculas conocidas como puntos de control inmunitario, que son moléculas producidas como parte de una respuesta inmunitaria normal para evitar que las células T reaccionen de forma exagerada o ataquen tejidos sanos del organismo.
Se sabe que el cáncer aprovecha la actividad de otros puntos de control inmunitarios previamente identificados para eludir el ataque del sistema inmunitario.
En el artículo de Science Immunology, los científicos informan de que los IMAO ayudan a bloquear la función de la MAO-A, lo que ayuda a las células T a superar el punto de control inmunitario y a combatir más eficazmente el cáncer.
Pero los fármacos también tienen una segunda función en el sistema inmunitario, según descubrió Yang.
Las células inmunitarias rebeldes, conocidas como macrófagos asociados a los tumores, suelen ayudar a éstos a eludir el sistema inmunitario impidiendo que las células antitumorales, incluidas las células T, realicen un ataque eficaz.
Los niveles elevados de estos macrófagos inmunosupresores asociados a los tumores se han asociado a un peor pronóstico de las personas con algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que los IMAO bloquean los macrófagos inmunosupresores asociados a los tumores, con lo que se rompe una de las líneas de defensa que tienen los tumores contra el sistema inmunitario humano. Este hallazgo se recoge en el artículo de Nature Communications.
"Resulta que los IMAO parecen ayudar directamente a las células T a realizar su trabajo y evitar que los macrófagos asociados a los tumores frenen a las células T", explicó Yang.
Yang sospecha que los IMAO pueden funcionar bien en combinación con un tipo de inmunoterapias contra el cáncer denominadas terapias de bloqueo de puntos de control inmunitario, que en su mayoría actúan sobre las moléculas de puntos de control inmunitario de la superficie de las células inmunitarias.
Esto se debe a que los IMAO actúan sobre las proteínas MAO-A, que se encuentran en el interior de las células y funcionan de forma diferente a otras moléculas de control inmunitario conocidas.
Los estudios realizados en ratones demostraron que cualquiera de los tres IMAO existentes -fenelzina, clorgilina o mocolobemida-, por sí solos o en combinación con una forma de terapia de bloqueo de puntos de control inmunitarios conocida como bloqueadores de PD-1, podían detener o ralentizar el crecimiento del cáncer de colon y del melanoma.
Aunque no han probado los fármacos en humanos, los investigadores analizaron los datos clínicos de personas con melanoma, cáncer de colon, pulmón, cuello de útero y páncreas; descubrieron que las personas con niveles más altos de expresión del gen MAOA en sus tumores tenían, de media, tiempos de supervivencia más cortos.
Esto sugiere que el tratamiento de la MAOA con IMAO podría ayudar a tratar una amplia gama de cánceres.
Yang y sus colaboradores ya están planificando otros estudios para comprobar la eficacia de los IMAO en el refuerzo de la respuesta de las células inmunitarias humanas a diversos tipos de cáncer.
Yang afirmó que los IMAO podrían actuar tanto en el cerebro como en las células inmunitarias de los pacientes con cáncer, que tienen hasta cuatro veces más probabilidades de sufrir depresión que la población general.
"Sospechamos que la reutilización de los IMAO para la inmunoterapia del cáncer puede proporcionar a los pacientes un doble beneficio antidepresivo y antitumoral", dijo.
La terapia combinada experimental del estudio se utilizó únicamente en pruebas preclínicas y no se ha estudiado en humanos ni ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) como segura y eficaz para su uso en humanos.
La estrategia terapéutica recién identificada está cubierta por una solicitud de patente presentada por el Grupo de Desarrollo Tecnológico de la UCLA en nombre de los Regentes de la Universidad de California, con Yang, Xi Wang y Yu-Chen Wang como coinventores.
Fuente: University of California - Los Angeles Health Sciences