La vida es una exquisita orquestación del crecimiento y el cambio, con controles y equilibrios que afinan complejas interacciones entrelazadas, tanto intrínsecas como externas.
Los glóbulos blancos (GB) son parte integral de las defensas inmunológicas de un organismo contra las enfermedades y la invasión; desafortunadamente, estos mecanismos pueden fallar causando incrementos incontrolados en el número de células disfuncionales, dando como resultado la formación de tumores.
Ahora, los investigadores de la Universidad de Tsukuba han ilustrado cómo las mutaciones en un gen específico llamado VAV1 pueden promover tumores que impliquen un tipo de glóbulo blanco, la célula T, en ratones experimentales.
Los leucocitos o glóbulos blancos son fundamentales para la función inmunológica del cuerpo.
Incluyen los linfocitos B que generan anticuerpos, así como los linfocitos tímicos o células T con diversas funciones relacionadas con la inmunidad, llamadas así porque se desarrollan en la glándula del timo.
Las neoplasias de células T incluyen un subtipo maduro llamado linfoma periférico de células T.
Los estudios han demostrado que el VAV1, un gen que participa en la señalización de los receptores de células T, está alterado en varias variantes del linfoma periférico de células T; por lo tanto, el equipo de investigación trató de dilucidar el papel de los mutantes del VAV1 en la transformación maligna de las células T in vivo.
El gen supresor de tumores p53 se denomina "guardián del genoma" porque impide la mutación del genoma.
Los investigadores replicaron las mutaciones del VAV1 encontradas en tumores de células T humanas tanto en ratones normales ("salvajes") como en ratones que carecen de p53.
El autor principal Kota Fukumoto describe sus hallazgos: "No se desarrollaron tumores en los ratones salvajes con mutaciones VAV1 durante un año de observación; mientras que los tumores inmaduros se desarrollaron en ratones que carecían de p53.
Sorprendentemente, los ratones que carecían de p53 y tenían mutaciones en el VAV1 desarrollaron tumores maduros que se asemejaban al linfoma periférico de células T humano, y tenían un pronóstico más pobre que los ratones que sólo carecían de p53".
El equipo también transplantó células tumorales a ratones que carecían de un timo funcional.
Los resultados sugirieron que la iniciación del tumor probablemente se debía a mecanismos dentro de la propia célula.
"Observamos que los tumores de células T con mutación VAV1 mostraban un enriquecimiento de la vía de Myc, así como alteraciones del número de copias somáticas (SCNA), incluso en el locus Myc", explica el profesor Shigeru Chiba, autor principal.
Es significativo que Myc, una familia de genes reguladores y protooncogenes, y los SCNA, que causan discrepancias en las copias de ADN, sean ambos distintivos de la formación de tumores.
"Curiosamente, la inhibición farmacéutica de la vía de Myc aumentó la supervivencia general de los ratones que albergaban tumores mutantes de VAV1", añade el profesor Chiba.
"Por lo tanto, nuestra metodología y resultados sugieren que los ratones que expresan el VAV1-mutante desarrollados en este estudio podrían ser una herramienta de investigación para evaluar agentes terapéuticos dirigidos contra neoplasias específicas de células T".
Fuente: UNIVERSIDAD DE TSUKUBA