La predisposición genética a la leucemia infantil es frecuente (>1-5%), pero menos del 1% de los portadores genéticos desarrollarán realmente la enfermedad.
Se cree que los estímulos infecciosos desempeñan un papel importante en la etiología de los tipos más comunes de leucemia linfoblástica aguda, pero se desconocen los determinantes críticos que conducen a la oncogénesis en los niños.
Estamos tratando de comprender el mecanismo por el cual la exposición natural a las infecciones comunes desencadena la enfermedad, con el objetivo final de identificar posibles
estrategias preventivas.
Dado que existe una clara interferencia entre las bacterias comensales y el sistema inmunológico, el microbioma intestinal puede servir como centro de integración de señales ambientales como la exposición a infecciones, modulando el riesgo de desarrollar leucemia linfocítica aguda de células B (LLA).
En un modelo de ratón de LLA precursora de B humana, hemos demostrado que el perfil del microbioma proporciona un biomarcador que podría utilizarse para identificar a los portadores predispuestos con riesgo de desarrollar leucemia.
Además, hemos demostrado que la privación del microbioma intestinal mediante el tratamiento con antibióticos en las primeras etapas de la vida es un factor de riesgo para el desarrollo de la leucemia.
Prevemos que el riesgo de desarrollar leucemia puede reducirse modulando el microbioma intestinal en las primeras etapas de la vida.
Fuente: EHA