Se estima que al menos 15 mil casos de cáncer por año en Brasil -el 3,8% del total de casos- podrían evitarse mediante la reducción del exceso de peso y la obesidad.
De acuerdo con un estudio epidemiológico realizado en el Departamento de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FMUSP), en Brasil, en colaboración con la Harvard University, de Estados Unidos, esa cifra se elevará hasta 2025, cuando se estima que surgirán más de 29 mil nuevos casos de cáncer atribuibles a la obesidad y al sobrepeso, un índice que representará un 4,6% de los nuevos casos de la enfermedad en el país.
"El problema principal reside en que viene registrándose un aumento de las prevalencias de exceso de peso y obesidad en Brasil, por eso los casos de cáncer atribuibles a esas dos condiciones también aumentarán. Al margen de ello, se espera que se produzca un incremento de los casos de cáncer en general, pues la población del país aumentará y envejecerá", dijo Leandro Rezende, doctorando en la FMUSP.
Rezende es el primer autor de un artículo publicado en la revista Cancer Epidemiology.
Y elaboró este trabajo en la Harvard University, con el apoyo de una Beca de Investigación en el Exterior de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo - FAPESP.
Según el investigador, el aumento del poder económico que se ha registrado en Brasil en los últimos años ha derivado en un mayor consumo, pero, en el caso de la alimentación, este fenómeno ha quedado supeditado fundamentalmente a la ingestión de alimentos ultraprocesados.
"El estudio muestra esa fase de transición nutricional epidemiológica. Son precisamente esos alimentos altamente calóricos, con una cantidad elevada de azúcar, sal y grasa, los que también constituyen los productos más baratos", dijo.
La obesidad y el sobrepeso están asociados al aumento de riesgo de 14 tipos de cáncer, tales como el cáncer de mama (en la posmenopausia), de colon, de recto, de útero, de vesícula biliar, de riñón, de hígado, de esófago, de ovarios, de páncreas, de próstata, de estómago, de tiroides y el mieloma múltiple, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En Brasil, la incidencia de estos 14 tipos de cáncer corresponde a la mitad del total de casos de la enfermedad diagnosticados anualmente.
En el estudio realizado por Rezende en colaboración con científicos brasileños y estadounidenses, se calculó la fracción atribuible poblacional (FAP) del cáncer relacionado con el índice de masa corporal (IMC) elevado.
La FAP es una métrica con la cual se estima la proporción de la enfermedad pasible de prevenirse en la población de eliminarse los factores de riesgo (en este caso, el sobrepeso y la obesidad), con respecto a los demás factores y a causas estables.
De acuerdo con este estudio, el 3,8% de los más de 400 mil casos de cáncer que se diagnostican anualmente es atribuible al IMC elevado.
Se verificó también que esos casos son más comunes entre las mujeres (el 5,2%) que entre los varones. Esto obedece no solamente al hecho de que el IMC promedio es más elevado entre las mujeres sino principalmente a que tres tipos de cáncer atribuibles a la obesidad y al sobrepeso -de ovarios, de útero y de mama- afectan casi exclusivamente a la población femenina.
Para estimar el exceso de peso y la obesidad en la población brasileña, los científicos utilizaron los datos sobre el IMC en Brasil en 2002 y 2013 de la Encuesta de Presupuestos Familiares y de la Encuesta Nacional de Salud, ambas realizadas por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El análisis de los datos en dos momentos, y con 10 años de diferencia, se justifica a los efectos de examinar la latencia de la enfermedad con base en el exceso de peso o la obesidad.
De acuerdo con los datos del IBGE, el 40% de la población brasileña padecía sobrepeso u obesidad en 2002.
En 2013, ese porcentaje se elevó aproximadamente al 60%.
Al tener en cuenta el IMC, la magnitud del riesgo relativo, los casos de la enfermedad y el período de latencia, los autores estimaron que en 2012 alrededor de 10 mil casos de cáncer en mujeres y 5 mil casos en varones podían atribuirse al exceso de peso y a la obesidad que se habían medido diez años antes.
Los datos sobre la incidencia del cáncer se recabaron en el Instituto Nacional de Cáncer (Inca) y en la base Globocan del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, dependiente de la OMS.
A los efectos de cuantificar la dimensión de la contribución del sobrepeso y la obesidad sobre la incidencia del cáncer en Brasil, los autores del estudio estimaron FAPs de la enfermedad en 2012 (con datos existentes) y en 2025 (mediante proyecciones) atribuidas al IMC elevado.
Las fracciones se calcularon de acuerdo con el sexo, la edad, el área geográfica y el tipo de cáncer.
Este trabajo es uno de los primeros en lo que hace a establecer comparaciones regionales sobre la relación entre la obesidad y el cáncer.
De acuerdo con el estudio, las mayores FAPs para todos los tipos de cáncer se detectaron en los estados de las regiones sur (un 3,4% de mujeres para el 1,5% de varones) y sudeste (un 3,3% de mujeres para el 1,5% de varones).
Entre las mujeres, las mayores FAPs se registraron en los estados de Rio Grande do Sul (el 3,8%), Río de Janeiro y São Paulo (ambos con el 3,4%).
Entre los varones, las FAPs más altas se detectaron en Mato Grosso do Sul y en São Paulo (ambos con un 1,7%).
"Hubo un aumento del IMC en todo el país. Observamos que el impacto de la obesidad es mayor en las regiones sur y sudeste, fundamentalmente en São Paulo, Río de Janeiro y Rio Grande do Sul, que son estados más ricos y con mayores IMC. Sin embargo, no se justifica una estrategia de prevención del cáncer y disminución de la obesidad exclusivamente en esas dos regiones", declaró Rezende.
Sucede que, de acuerdo con el artículo, al compararse los datos del IMC de 2013 y de 2002, los autores detectaron que las regiones norte y nordeste de Brasil experimentaron un mayor aumento de IMC en comparación con otras zonas.
"Los datos muestran que es necesario tomar medidas en otros lugares y no solamente en el sur y sudeste del país", dijo Rezende.
A juicio de José Eluf Neto, profesor titular de la FMUSP y director del estudio, lo interesante es poder medir el impacto de la relación entre el cáncer y la obesidad sobre la salud pública, y con base en ello planificar acciones e inversiones.
"Hoy en día se sabe que existe una razón biológica para que haya esa relación, cuyos mecanismos moleculares o metabólicos han sido descritos claramente. Éste es el caso de la insulina. La obesidad causa resistencia a la insulina y genera inflamaciones y el aumento de la proliferación celular", dijo Eluf Neto.
De acuerdo con el artículo publicado en Cancer Epidemiology, las ventas de productos ultraprocesados se incrementaron un 103% en toda Latinoamérica entre los años 2000 y 2013, acompañadas por el consiguiente aumento del IMC en los países de la región.
Para los autores, la reversión de este cuadro demanda la implementación de políticas públicas tales como la regulación de impuestos, el etiquetado nutricional y la restricción del marketing de los alimentos ultraprocesados.
"Este crecimiento de las ventas en América Latina refleja una estrategia de la industria de alimentos, tal como lo fue o ha venido siendo la de la industria del tabaco. Cuando algunos países empiezan a regular mínimamente la venta y publicidad de esos alimentos, las industrias parten hacia regiones en las cuales las leyes aún no han sido estructuradas para promover la salud de la población", dijo Rezende.
Según el científico, el incremento del consumo de alimentos ultraprocesados en Brasil es comparable con lo que ocurrió con la industria del tabaco en la década de 1980.
"El tabaquismo constituye en la actualidad un problema mayor en países de bajos y medianos ingresos porque es en ellos donde la industria del tabaco se enfoca. Es más complicado hacerlo en Brasil en 2018. Acá existen restricciones en lo que hace a la publicidad, y está prohibido fumar en ambientes cerrados. En tanto, en el caso de los alimentos ultraprocessdos, es como si estuviéramos en 1980. Los productos no se comercializan ni se los etiqueta ni son objeto de tributación de una manera adecuada para asegurar la salud de la población", dijo.
Rezende remarca que en países tales como México y el Reino Unido, por ejemplo, han empezado a gravarse productos tales como las bebidas azucaradas.
El equipo de investigadores está calculando también el peso de otros factores -tales como el sedentarismo, el tabaquismo, la alimentación y consumo de alcohol- sobre la incidencia y la mortalidad por cáncer.
Los datos de estos otros factores aún no se han publicado, pero el objetivo final del trabajo es compararlos y estimar cuántos casos de cáncer serían evitables en Brasil.
"Existen factores genéticos que aumentan el riesgo de desarrollo de cáncer, pero esto no es algo modificable y tampoco excluye a los otros factores que causan la enfermedad. El tabaquismo es el principal factor de riesgo o causa de cáncer en Brasil; podemos adelantar ese análisis, pero está cayendo de manera importante, con una prevalencia de alrededor del 15% de la población. Y así es como otros factores empiezan a cobrar relevancia en la elaboración de políticas públicas. Los datos muestran que no se puede cejar en los esfuerzos tendientes a reducir el tabaquismo, pero el combate contra el sobrepeso y la obesidad también deben ser prioritarios", dijo.
Fuente: FAPESP