Si la cantidad de protector solar no es la adecuada, los efectos positivos del bloqueador se reducen, sea el factor que sea.
Ser conscientes del daño que puede hacer el sol en la piel, nos lleva casi por reflejo a comprar un protector con el mayor factor de protección que podamos encontrar. Pero ¿es suficiente con elegir el factor adecuado? La verdad no. La irresponsabilidad al aplicarlo, o el no saber cómo hacerlo puede dejar sin efecto su poder protector.
¿Cuánto es suficiente?
El médico Matías Maskin, especialista en dermatología y asesor del laboratorio La Roche-Posay lo resuelve de manera sencilla. Para una persona de 1,70m de alto y en traje de baño la dosis cada vez que se aplica el protector equivale a una pelota de golf, una medida fácil de recordar. En términos técnicos, debe aplicarse 30ml cada vez que se usa el producto, el equivalente a 9 cucharitas de té.
La dosis es importante porque es la única manera de que el factor de protección que indica el envase cumpla lo que promete. Y no es lo único. Los que vienen en spray y aerosol son a primera vista fáciles de aplicar, pero hay que ser consciente de que al aplicarlos cubran la zona que queremos proteger. En personas poco meticulosas, es preferible no utilizar los transparentes o brumas porque suele quedar más producto en el aire que en el cuerpo. Sin embargo, los spray que tienen textura crema permiten ver mejor dónde se aplicaron o no los dos miligramos por cm2 de producto que se necesitan.
Y no se trata de ser obsesivo, porque aunque reconozcamos los beneficios del sol, este puede ser muy dañino. Como explica el dermatólogo Maskin: "el sol genera vitamina D, es una fuente de inmuno contracción o sea que nuestro sistema de defensa se ve modificado por el sol y hace que seamos tolerantes, lo que es muy importante porque la piel es una de las principales barreras que tenemos, el sol ayuda a que la piel se prepare y que todo lo que está en contacto con ella no nos de alergia, por ejemplo. Pero con el alargue de la esperanza de vida, es notorio que existen cada vez más problemas a la exposición solar". Y con este descubrimiento también se tomó conciencia de que no en todas las latitudes se da con la misma intensidad. Cuanto más cerca del nivel del Ecuador se está mayor será la incidencia solar, pero esta depende también de muchos otros factores. La fecha en la que se toma, por ejemplo: la radiación ultravioleta tiene su pico desde septiembre hasta abril. Y las características del lugar donde uno se expone al sol. En este caso, no cuesta entender por qué Australia es el país con mayor cáncer de piel: un clima desértico, una población muy blanca que no es originaria del lugar y por lo tanto no está preparada para la latitud donde vive y una gran cantidad de actividades al sol y en contacto con el agua. Otro tema a tener en cuenta.
¿Qué significa realmente resistente al agua?
Cuando un frasco viene con la leyenda de que posee esta característica no tiene el espacio suficiente para aclarar que su resistencia será de dos inmersiones en el agua no mayores a 20 minutos cada una. Y menos aclarará que si después de un chapuzón "uno se seca con la toalla, le está quitando un 80% de la protección que tenía", especifica el dermatólogo. La sudoración también debe tenerse en cuenta y darle el mismo tratamiento que al meterse al agua. Conclusión: es importante volver a aplicar el producto cada dos o tres horas. Y si se usa uno no resistente al agua también se debe tener en cuenta que cuanto menor sea su factor, el producto debe aplicarse más frecuentemente, y siempre 20 minutos antes de ponerse bajo los efectos del sol.
La ropa también protege
"Es bueno saber que llegar a la playa con una blusa de gasa y sin protector debajo no es saludable" aclara el doctor Maskin. Los rayos UV harán daño como si no hubiera protección alguna.
Para evitar tener problemas en la piel (por los hábitos los melanomas se dan en las mujeres en las piernas y en los hombres en el torso) un kit de prendas y accesorios correctos serán una gran solución:
Una camisa de jean
Un traje de neopreno si se harán deportes acuáticos de tiempo prolongado
Un sombrero de ala ancha
Anteojos de sol con vidrios adecuados
Las zonas olvidadas
Los ojos y los labios no suelen recibir la atención del resto del cuerpo. Y aunque parezca raro que alguien se olvide los lentes de sol, lo que no es raro es no tomar conciencia en la calidad de los mismos. A la hora de elegirlos hay que asegurarse que las lentes estén certificadas con protección UV.
Los labios también deben estar hidratados y protegidos del sol para evitar que se resequen y descamen. Hoy en el mercado hay una gran variedad de barras, labiales y pulpas fáciles de aplicar y con protección por 8 horas.
El cabello, otra parte de nuestro cuerpo que también padece el sol. Bajo los rayos de sol se altera la cutícula de la fibra capilar y el aspecto del pelo se ve desmejorado, con frizz y reseco. Un buen producto para protegerlo antes y después es lo mejor.
Para saber un poco más
El horario es otro punto a tener en cuenta y tal vez el más difícil de respetar, pero es importante tener conciencia de que más allá de la graduación del protector, y que proteja contra rayos UVB y UVA e IR-A es mejor evitar tomar sol de 10 a 16 horas.
50, las marcas europeas lo definen así, las americanas van hasta 100.
Spray y aerosoles: sirven si se usan bien. Los invisibles son más difíciles de aplicar, los que tienen consistencia liviana pero son en crema, permiten ver cuánto se uso.
Protectores con color: son buenos para personas con melasma.
Agua termal: es ideal como post solar, calma y reduce la irritación.
Los de textura fluida: ideales para pieles con acné.
Mousse con color: ideales para todo tipo de piel y para unificar el tono.
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